Escrito En Las Estrellas

Author:Sidney Sheldon
Language: es
Format: mobi
Published: 2009-10-07T22:00:00+00:00

Se estaba haciendo historia, pero Lara estaba demasiado ocupada para enterarse. Ronald Reagan había sido reelegido; un hombre llamado Mijail Gorbachov había sucedido a Chernenko como líder de la Unión Soviética.

Lara construyó un conjunto de viviendas para gente de bajos ingresos en Detroit.

En 1986, Iván Boesky fue multado con cien millones de dólares por un escándalo comercial y sentenciado a tres años de prisión.

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Lara comenzó la construcción de varios edificios en Queens. Los inversores estaban deseosos de participar en la magia de su nombre. Un grupo de banqueros alemanes viajó a Nueva York para entrevistarse con ella. Lara hizo los arreglos para que la reunión tuviera lugar apenas llegara el avión. Ellos protestaron, pero Lara dijo:

—Lo siento mucho, caballeros, pero no tengo otro momento disponible. Parto hacia Hong Kong.

Hizo servir café a los alemanes. Ella tomó té. Uno de los visitantes se quejó por el sabor del café.

—Es una marca especial que preparan para mí —explicó ella—. El sabor se siente después. Tomen otra taza, por favor.

Al terminar las negociaciones, Lara había ganado en todo.

Su vida era una serie de cosas encontradas por azar, excepto por incidente perturbador. Lara había tenido varios enfrentamientos con Steve Murchison por diversas propiedades, pero siempre había conseguido salir airosa.

—Creo que deberíamos echarnos atrás —le advertía Keller.

—Que sea él quien se eche atrás.

Una mañana llegó a su nombre un hermoso paquete envuelto en papel color rosa, con etiqueta de Bendels. Kathy lo puso sobre el escritorio de Lara.

Es muy pesado —comentó—. Si se trata de un sombrero, va a tener dificultades.

Lara, llena de curiosidad, lo desenvolvió y retiró la tapa. La caja estaba llena de tierra. Una tarjeta impresa decía: «Funeraria Frank E. Campbell».

Todos los proyectos de construcción marchaban bien. Cuando Lara se enteró de que, debido a inconvenientes burocráticos, se iba a descartar la construcción de un parque en la ciudad, intervino personalmente, hizo que su empresa lo construyera y lo donó al ayuntamiento. La publicidad recibida fue enorme. Un titular rezaba: «Lara Cameron demuestra que se puede».

190

Veía a Paul una o dos veces por semana y hablaba por teléfono con él todos los días.

Compró una casa en Southampton; allí vivía en un mundo fantasía, compuesto de joyas costosas, pieles y limusinas. Sus armarios estaban llenos de hermosos modelos exclusivos. «Necesito ropa para ir a la escuela, papá.» «Pide algo al Ejército de Salvación...»

Y Lara encargaba otro vestido.

Sus empleados eran su familia. Se preocupaba por ellos y los trataba con generosidad. Eran todo lo que tenía. Se acordaba de los cumpleaños y los aniversarios. Ayudaba a que sus hijos ingresaran en buenas escuelas y les otorgaba becas. Cuando ellos trataban de darle las gracias, Lara se mostraba azorada. Para ella era difícil expresar emociones. Su padre la había ridiculizado cada vez que lo intentó. Nadie volverá a hacerme sufrir, juraba. Nadie.

LIBRO TERCERO

Capítulo Diecisiete

—Por la mañana viajo a Londres, Howard.

—¿Qué ocurre? —preguntó Keller.

—Lord Macintosh me ha invitado a echar un vistazo a cierta propiedad que le interesa. Quiere participar como socio.

James Macintosh era uno de los constructores más adinerados de Inglaterra.

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